AGITADORAS

 

PORTADA

 

AGITANDO

 

CONTACTO

 

NOSOTROS

       

ISSN 1989-4163

NUMERO 132 - ABRIL 2022

 

Antiepigramas, Seis

Edgard Cardoza

            Al perderte yo a tí
            tú y yo hemos perdido
               Ernesto Cardenal

 

       I

Hay nombres que no están hechos
para los epigramas,
por ejemplo Zudikey.

 

No es lo mismo decir: "te doy Claudia
estos versos porque tú eres su dueña"
a decir
Zudikey yo te hiciera
con la lengua un mamey,
aunque mi corazón en pálpito
de fuego
construyera a venidas
donde tú peregrines
con zoclos o patines
y convinieras luego
en cumplir el ensalmo
y pergeñar el juego
en que existe un Ulises
que entre mil meretrices
navega una epopeya
y haya dejado en Ítaca
una ausencia que teje
y desteje granujas
con el bies de una estrella
que en funciones de aguja
trama una noche intacta
que no es cierta sin ella.

 

Es por eso que digo:
hay nombres que no nacen
para los epigramas:

 

            II

Zudikey es tan fría
como mis epigramas.

 

Hoy la vi pasar
con sus pantaloncillos fucsia,
jalando una correa
mientras su Cocker blanco
dejaba un mojón de caca fresca
en estos versos.

 

Hay que darle croquetas
al perrito que me pela los dientes
bajo la cremallera de tus pantaloncillos
color nuncameolvides,
Zudikey.

 

            III

Zudikey,
tú tan linda
solazada en los dones de la vida,
en el lado luminoso,
mientras yo
–entre plegarias para un dios obsesivo
que insiste en revestirme
de canas y dolencias–
capoteo en las sombras
el polvo de la muerte.

 

            IV

Mi venganza será
que algún día ocuparé
la nota roja
con la ingrata noticia
de que fui detenido conduciendo
alcoholizado y sin licencia,
mientras tú
seguirás en el anonimato
de tú vegana vida.

 

Acomoda esas pesas,
Zudikey,
que la caminadora eléctrica,
la bicicleta fija
y las ligas elásticas,
sean lo que a mi cuerpo
el marcapasos.

 

            V

Cual Catulo
a mi me mueve tu _____
indómito derriere:
Nalga y raya.

 

Yo no soy sacerdote como Ernesto
Cardenal.
No peco si me acuesto
contigo
y amanecemos muy trapenses
sin trapos
contemplándonos.

 

Hagamos
que expedita y sintética
como telegrama
–no epigrama–
tú pases
lo que tengas
que pasar.

 

Y no te ofrezco la luna,
Zudikey,
porque esa ánfora de sueños
ya tiene dueño.

 

            VI

Al perderte yo a tí
tú y yo hemos ganado.
Tú porque eras la que ganaba más,
yo porque me he quedado sin trabajo
y así podré emprender otras historias
en las que no apareces en mi gloria
de triunfar sobre el gong de la memoria.

 

Pero de nosotros dos yo gano más
porque podré encontrar una actividad
mejor remunerada
que no necesariamente sea trabajo.

 

Así tú ya no seguirás tratando
de sacarle pedúnculo a los árboles secos
y yo podré ir por el mundo
fundando territorios
en los que de trabajo:
ni hablar

 

 

 

 


 

 

Edgard

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
@ Agitadoras.com 2022